Es hora de sumar más diversidad a las empresas tecnológicas. Entrevista a Mariana Zalazar, Marketing Manager en intive

La innovación no surge de la nada. Está impulsada por personas, quienes en la mayoría de los casos son muy distintas entre sí. Hablamos con Mariana Zalazar, Gerente de Marketing en intive, sobre la importancia de contar con diferentes puntos de vista, algunas formas de impulsar la inclusión y muchas iniciativas inspiradoras de D&I en el sector tecnológico en Argentina. 

Comencemos con una pregunta general, pero fundamental: ¿por qué es importante que las organizaciones se abran a las diferencias y tomen medidas para incorporar la diversidad? 

La diversidad es clave para la existencia de la vida. Todos los sistemas que respiran sobreviven y prosperan gracias al don de la diferencia. Si todo es idéntico o monocorde, no hay espacio para el movimiento, la conexión y el cambio, el paisaje permanece monocromático e inmóvil. Este pensamiento se puede trasladar a las sociedades humanas y a cualquier organización social, como una empresa. Si no hay lugar para la diversidad de sentimientos, perspectivas y formas de hacer, no hay lugar para la creación, el intercambio, la mejora y la expansión. 

¿Cuánto tiempo ha estado involucrado intive en el apoyo a iniciativas de inclusión e igualdad de género en Argentina? 

Siempre nos preocupamos por la diversidad de una manera muy orgánica desde los inicios argentinos de la empresa en 2006. Por citar un poderoso ejemplo, algunos de los fundadores de la empresa estuvieron involucrados en la creación de Proyecto Nahual, una iniciativa para enseñar QA en barrios desfavorecidos para fomentar la inclusión laboral. 

La equidad en la diversidad solo puede existir verdaderamente en un entorno de igualdad económica. Esto es algo que se destaca muy claramente en todos los debates feministas sobre la interseccionalidad: no se trata solo de una cuestión de identidad de género, sino también de luchar contra las desigualdades reforzadas por el colonialismo y el capitalismo, todas estas problemáticas están interrelacionadas. 

Cuando la empresa comenzó a crecer en experiencia y recursos, se tomó conciencia de la enorme responsabilidad de reconocer la organización como parte de algo más grande; comenzamos a conectarnos y apoyar a ONGs y organizaciones que sabían mucho más sobre cómo fomentar la diversidad y disminuir la brecha de género en la industria tecnológica. Como decimos en español, “en la unión está la fuerza”. 

¿Con qué organizaciones sin fines de lucro que luchan por cerrar la brecha de género en la tecnología estuvieron trabajando? 

Existe una red muy inspiradora de organizaciones sin fines de lucro en Argentina comprometidas con cerrar la brecha de género en la industria tecnológica. En los últimos años, hemos forjado colaboraciones clave con Media Chicas, [Las] DeSistemas, Club de Chicas Programadoras, Wikimedia, entre otros grandes proyectos que admiramos. Con el Club de Chicas Programadoras participaron varias intivers como mentoras, compartiendo sus conocimientos con niñas de entre 13 y 17 años que querían acercarse al mundo IT. Con Media Chicas estamos patrocinando su nuevo programa Full Stack que brinda becas a mujeres para aprender desarrollo Frontend y Backend. 

[Las] deSistemas es una organización enfocada en visibilizar, empoderar y capacitar a la comunidad transfeminista en la industria IT. Este año, les acompañamos como sponsors de la FemIT, su conferencia anual de tecnología con perspectiva de género. También nos sumamos al programa BA Convive del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires participando en talleres de reflexión y debate sobre la diversidad para promover intercambios respetuosos en espacios de convivencia organizacional.  

Gracias a este programa ya contamos con nuestra certificación en Diversidad Sexual, reafirmando nuestro compromiso de participar en la construcción de ciudades más inclusivas. Este es un breve resumen de algunas de las iniciativas de organizaciones sin fines de lucro con las que estamos trabajando y que nos da mucho orgullo apoyar.  

¿Qué te inspira a abogar por el cambio social y la igualdad? 

La gente. Tan simple como eso. Mi familia, mis amigues, mis compañeres. Caminar por la calle y ver a dos personas abrazándose. Todas estas pequeñas historias personales que, combinadas, crean la Historia con mayúscula. Como con cualquier causa, donde hay un compromiso real, cada día en el que se hacen esfuerzos con el objetivo de generar bienestar en otres, es un logro para celebrar. 

Nada es demasiado pequeño cuando se trata de cambiar algo tan arraigado en nuestra forma de pensar, ver el mundo y habitarlo. Estoy convencida de que la lucha por reducir las desigualdades es algo en lo que todes podemos contribuir en nuestro día a día, porque lo macro y lo micro son dos esferas interdependientes. En este sentido, cuando una persona eleva la voz cuando algo injusto ocurre en el espacio de trabajo me inspira tanto como una marcha de miles de personas. Para mí, son parte de lo mismo, una búsqueda de mayor humanidad. 

¿Cómo creés que ha avanzado la sociedad argentina en relación a la igualdad e inclusión en los últimos años? 

 Los últimos años han sido tremendamente emocionantes, duros e inspiradores, en Argentina y en todo el mundo. La tercera ola feminista es un hecho (también llamada cuarta ola en algunos contextos no académicos), y me enorgullece que los movimientos feministas argentinos y una parte del colectivo social –en especial las pibas, con su fuego radiante e inspirador- hayan peleado con tanta garra por alcanzar conquistas históricas como el tan esperado derecho al aborto legal, seguro y gratuito, proyecto de ley que fue finalmente aprobado por el Senado Nacional el 30 de diciembre del año pasado.  

Desde 2015, cuando el movimiento nacional “Ni Una Menos” estalló con manifestaciones masivas en las calles para protestar contra las oleadas sistemáticas de feminicidios en el país, pudimos presenciar una increíble y emocionante alianza colectiva para decir “basta”, no solo en Argentina, sino también en muchos otros países del mundo. Esto es especialmente importante en una época de reemergencia de gobiernos neoconservadores y neoliberales con pensamientos y políticas fascistas, un escenario realmente preocupante a nivel global. 

Este despertar social también ha tenido su impacto en los medios de comunicación, y por primera vez, el feminismo y los derechos LGBTIQ+ fueron trending topic en programas de televisión del primetime, redes sociales, etc. Sin dejar de lado la problemática del "washing", el “tokenismo” y el vaciamiento de estos temas por parte de los poderes económicos, siendo los oligopolios comunicacionales uno de ellos, esta presencia masiva del tema a nivel mundial es algo que ha permitido y ampliado la posibilidad de debate, reflexión y apoyo colectivo. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero los últimos años han encendido una llama que tenemos que seguir alimentando. 

¿Cuáles son los mayores desafíos a la hora de trabajar por una mayor diversidad e inclusión en la industria IT? 

La brecha de género es un tema que va más allá de nuestra industria, es una parte funcional de las sociedades patriarcales y desiguales en las que vivimos. Por lo tanto, hay muchos problemas a superar que son comunes a todas las industrias y espacios de interacción social: el techo de cristal, el síndrome de la impostora, los prejuicios y la ignorancia, la falta de conciencia sobre los propios privilegios (y la resistencia a dejarlos atrás), los prejuicios de género, etc. En la industria IT existe una clara desproporción entre la presencia de hombres y mujeres, donde las últimas siguen siendo una minoría, y el origen de esta desigualdad se remonta a las primeras instancias de socialización en las familias y en los primeros niveles de la educación formal.  

Los estereotipos de género arraigados en nuestras sociedades siguen negando a las mujeres su participación en los campos de la ciencia y la tecnología, espacios históricamente asociados con la masculinidad. La invisibilidad de las programadoras en la narrativa dominante dificulta la posibilidad de cualquier niña de imaginarse (y la imaginación es la semilla de la acción) en ese rol en el futuro. Esto crea un círculo vicioso, que luego conduce a una escasez de mujeres profesionales en el sector. Todo esto sin contar las dificultades que mencioné al principio, para aquellas que se aventuran a romper con los estereotipos y logran insertarse en los sectores académicos y laborales asociados.  

El desafío es romper ese círculo, gritar en viva voz las historias de mujeres increíbles que se destacaron en el sector, trabajar en programas para abrir la puerta a las mujeres en todas las etapas educativas y dentro de las empresas, y hacerles saber (no solo con palabras) que pueden lograrlo.  

Comenzamos con una pregunta abierta, así que terminemos nuestra conversación con una similar: si hubiera un cambio que te gustaría ver para una sociedad más inclusiva, ¿cuál sería? 

La posibilidad de construir comunidades gracias a la diferencia. Que la gente realmente piense, sienta y viva menos en términos de "yo" y más en términos de "nosotres", un "nosotres" lleno de diferentes opiniones y formas de vida, no ese “nosotros” cargado de homogeneidad y reafirmación del yo (algo motivado constantemente por, por ejemplo, los algoritmos de las redes sociales). Realmente puedo dar fe de haber presenciado cambios profundos, amorosos y sinceros en las comunidades, logrados por personas increíbles que aprendieron a dominar sus egos, dejaron de lado el juego de la competencia y el egocentrismo, y fueron capaces de ver el potencial complementario donde por default la gente ve disputas. Ese es un sueño por el que vale la pena luchar. Ese es un cambio que requiere valentía y humildad para hacerse realidad. 


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